Enrique III de Francia. |
El 23 de diciembre de
1588 el Duque de Guisa, Enrique I, fue asesinado en el castillo real de Blois,
a orillas del Loira. Fue un escándalo y marcó un antes y un después en la
historia de Francia, un país que llevaba años dividido en una cruel y eterna
guerra civil entre católicos y protestantes. En concreto, las guerras de
religión comenzaron en 1562, cuando los hugonotes comenzaron a extender su
influencia y su poder por Francia y los católicos se opusieron. La lucha fue
atroz. Se cometieron multitud de matanzas, la más famosa la de la Noche de San Bartolomé, en 1572, cuando unos 10.000 protestantes fueron asesinados.
Precisamente el duque
de Guisa era el principal aliado de Felipe II en Francia y al que suministraba
dinero regularmente. El duque era el líder de uno de los bandos de la guerra
civil francesa, la Liga Católica, y trataba de hacerse con el poder. El rey
Enrique III también era católico, pero recelaba de las intenciones del duque.
En realidad, en Francia había tres tipos de territorios: los controlados por los
hugonotes, los de la Liga y los fieles al rey. Enrique III tenía que hacer
muchos y peligrosos equilibrios para mantenerse en el trono, y el duque –aunque
compartían religión- se había convertido en su mayor rival ya que ansiaba hacerse
con el poder. Estaba a su alcance debido a la falta de herederos al trono de
Enrique III y a que el duque tenía derechos hereditarios sobre el mismo. Es
decir, si el rey moría, el duque podía ser rey.
El duque demuestra su poder
El hecho clave que
marcó la relación entre ambos ocurrió el 12 de mayo de 1588, el ‘Día de las barricadas’ en París. Ese día, el pueblo parisino se alzó contra el rey
dirigidos por el duque para protestar contra la decisión del monarca de nombrar
a su heredero. Éste no sería el duque, católico como él, sino Enrique de Navarra, un protestante.
El duque de Guisa. |
Fue toda una
humillación para Enrique III que huyó al castillo de Blois. El duque de Guisa
había vencido y había conseguido dictar sus condiciones al propio rey. Ya sólo
faltaba que le nombrara su sucesor y esperar a su muerte. Pero el rey iba a
adelantarse.
El 23 de diciembre de
1588 el rey convocó al duque a Blois donde fue asesinado. Sus hermanos y otros líderes de la Liga también fueron perseguidos y ejecutados. Enrique III trató de
ocultarlo, pero era tan evidente que había sido el responsable de la muerte del
duque que no pudo evitar convertirse en el objeto del odio de los
fundamentalistas de la Liga Católica que le condenaron a muerte. Fue
precisamente un monje católico el que le asesinó a cuchilladas al año
siguiente, el 2 de agosto de 1589.
La muerte del duque de Guisa. |
El asesinato del duque
de Guisa es un episodio fundamental en la historia de Francia, y también el
tema central de una película muda de 1908 que ha pasado a convertirse en un
clásico de los orígenes del cine:
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