31/12/13

100.000 VUELOS A BERLÍN

El 31 de diciembre de 1948, hace hoy 65 años, aterrizó en Berlín occidental el vuelo número 100.000 del puente aéreo que abastecía a la ciudad ante el bloqueo soviético. Fue el primer acontecimiento grave de la Guerra Fría y el intento por parte de Stalin de hacerse con el control de la mitad de la metrópolis alemana y de evitar la creación de un estado alemán occidental, un intento que acabaría en fracaso.

Cuando empezó el año 1948 aún no había comenzado lo que se conocería como la guerra fría entre los bloques liderados por los EEUU y la URSS. Ambas superpotencias seguían siendo aliadas tres años después de aplastar a Hitler y conquistar Alemania. Doce meses después, en diciembre de 1948, ambos bloques se miraban con cara de perro y se encontraban en medio de la primera gran crisis del conflicto que duraría hasta 1989.

En 1948 Alemania estaba dividida en cuatro zonas de ocupación gobernadas por cada una de las cuatro potencias vencedoras: EEUU, Reino Unido, Francia y la URSS. El dictador soviético Stalin quería una Alemania unificada y neutral. No tenía un interés especial en implantar un régimen comunista allí. Su objetivo era evitar que volviera a partir cualquier tipo de amenaza militar desde suelo alemán como había sucedido en 1941, cuando Hitler invadió la URSS y casi la derrotó. Al final el derrotado fue el dictador alemán y los soldados de ocupación no desfilaron por las calles de Moscú sino por las de Berlín. Pero a pesar de su victoria absoluta, Stalin no se fiaba. Rodeó la URSS de un cordón de estados satélites leales que harían de protección ante posibles futuros ataques, pero, sobre todo, quería una Alemania neutral y desarmada, que no pusiera sus fábricas y recursos en su contra.

Stalin
Los EEUU y el Reino Unido no lo tenían tan claro. No se fiaban de Stalin y menos desde que en 1947 el presidente de los EEUU, Harry S. Truman, proclamara su famosa doctrina como consecuencia de la guerra civil entre monárquicos y comunistas en Grecia, detrás de la cual veía (erróneamente) la mano oculta del Kremlin. Esta doctrina venía a decir que los EEUU contendrían cualquier intento por parte de la URSS de imponer un cambio de gobierno violento (e incluso democrático) a favor de los comunistas en cualquier lugar del mundo. Esta doctrina, sin embargo, no era aplicable a los países del este de Europa “cedidos” por las potencias occidentales a la URSS en las conferencias de Yalta y de Potsdam en 1945. Moscú podría hacer y deshacer a su antojo en los lugares que correspondían a su esfera de influencia reconocida por las conferencias, pero sólo allí.

Precisamente en estas conferencias se selló el destino de Berlín. Como capital del enemigo vencido se le otorgó un estatus especial con cuatro zonas de ocupación para las cuatro potencias vencedoras. Técnicamente Berlín era una isla, una excepción, una especie de Alemania ocupada en miniatura gobernada por un consejo de control aliado. Pero sólo podía funcionar si los aliados se llevaban bien entre ellos, y eso ya era imposible.


¿Qué hacer con Alemania?

Saludo entre soldados de EEUU y de la URSS en 1945.
La animadversión entre occidente y la URSS iba creciendo y afectó a la situación alemana. ¿Qué hacer con este país? La idea de la creación de un nuevo estado alemán iba tomando fuerza también entre los aliados occidentales, pero enseguida desecharon la idea de que fuera neutral como pedía Stalin. No se fiaban del dictador soviético y temían que fuera una estratagema para conseguir la retirada de estadounidenses, británicos y franceses, y hacerse después con el control de facto de todo el país. No, los EEUU y el Reino Unido iban a crear una Alemania nueva con el apoyo de Francia, pero ligada a ellos como estado satélite. La URSS no podía permitir esto y comenzó el juego de apuestas sobre el futuro de Alemania.

Con cada movimiento de una parte, la otra respondía con otro para superarlo. En febrero de 1948 comenzó en Londres la celebración de la conferencia entre las tres potencias occidentales y los estados del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Juntos comenzaron a tratar la creación de un estado alemán occidental uniendo las tres zonas de ocupación y su unión económica. Para la URSS esto era inaceptable y sus países aliados y fronterizos con Alemania (Polonia y Checoslovaquia), pidieron poder participar de la misma manera que los del Benelux, pero sin éxito. No se fiaban de Stalin, que había organizado por su parte un cuasi estado comunista en la parte de Alemania ocupada por sus tropas y tomado el poder por parte de comunistas en los países del este de Europa.

A esta conferencia le siguió la creación de una moneda común, el Deutschmark, para las tres zonas occidentales. Era el paso previo para la creación de Alemania occidental. Stalin tenía que impedirlo, y dos días después de la entrada en vigor de la nueva moneda entró en acción.


2,2 millones de personas en la ratonera

En la noche del 23 al 24 de junio de 1948 las tropas soviéticas cerraron todos los accesos por tierra y por río a las zonas de ocupación francesa, británica y estadounidense en Berlín occidental. Se cortaron todas las comunicaciones y todos los suministros de agua y energía. Como los caminos hacia Berlín pasaban por territorio controlado por la URSS y cedidos por los tratados de Yalta y de Potsdam, los soviéticos simplemente no dejaron pasar más a los camiones y a los trenes. Los EEUU no podían invocar la doctrina Truman. La URSS era dueña de su zona y podía hacer en ella lo que quisiera, al igual que los aliados podían hacer lo que quisieran en las suyas.

Las zonas de ocupación de Berlín.
Stalin perseguía dos objetivos: el primero era obligar a los aliados occidentales a dar marcha atrás en su plan de crear una Alemania occidental. Y el segundo, si no podía cumplir el primero, era al menos conseguir la retirada de sus adversarios de Berlín occidental e integrarla en el futuro estado comunista alemán que nacería como respuesta. Berlín occidental era una isla molesta en plena zona de ocupación soviética que había que extirpar.

El bloqueo parecía una manera de conseguirlo sin disparar ni una bala. Más de 2,2 millones de personas estaban dentro de una ratonera que, tres años después del fin de la guerra, seguía siendo un mar de escombros en el que faltaba lo más básico para vivir. Si a duras penas se conseguía alimentar a estas personas mediante los suministros que llegaban por carretera o tren, con el bloqueo parecía imposible.

Al principio cundió el pánico entre los aliados occidentales. La mayoría pensaba que este podría ser el primer movimiento de Stalin para comenzar una nueva guerra mundial. Muchos eran incluso partidarios de empezarla para adelantarse, como el comandante de las tropas de ocupación de EEUU, Lucius D. Clay, que llegó a proponer un avance con tanques hasta Berlín para obligar a levantar el bloqueo. Pero el presidente Truman no quería empezar una guerra, aunque tenía claro que no cedería en ninguno de los objetivos soviéticos. Se crearía una Alemania occidental ligada a los aliados, y éstos se quedarían en Berlín.


El puente aéreo

Las rutas del puente aéreo.
Stalin no tuvo en cuenta que existía un camino que no podía cerrar: el cielo. Si los soviéticos podían impedir el uso de su territorio para llegar a Berlín occidental, no podían hacer lo mismo con las rutas aéreas que se habían comprometido a respetar mediante un tratado cuando todavía había buena sintonía con los aliados occidentales. Esas rutas aéreas comunicaban directamente las zonas de ocupación occidentales con Berlín, pero ¿serían suficientes para alimentar a 2,2 millones de personas?

Al día siguiente de comenzar el bloqueo se organizó un puente aéreo. El 26 de junio aterrizó el primer avión de carga de EEUU en el aeropuerto berlinés de Tempelhof, en la zona estadounidense. La operación fue todo un éxito. Se comenzó enviando unas 750 toneladas diarias de alimentos, carbón, ropa, etc. En julio ya eran 2.000 toneladas diarias. Entre el 26 de junio de 1948 y agosto de 1949 se consiguieron transportar 2,3 millones de toneladas de suministros en casi 280.000 vuelos.


El éxito del suministro aéreo dio al traste con los planes de Stalin, que el 12 de mayo de 1949 levantó el bloqueo. Había perdido. No pudo forzar la retirada de los occidentales de Berlín ni impedir el nacimiento de un estado alemán occidental. El 23 de mayo de 1949 se fundó la República Federal de Alemania. Ya no era posible crear un país neutral entre la zona de influencia soviética y Europa occidental, por lo que dio carta blanca a la transformación de su zona de ocupación en Alemania en un estado comunista. El 7 de octubre de 1949 nació la República Democrática Alemana. La frontera de la guerra fría atravesaría Alemania y ambos bandos se mirarían fijamente hasta la caída del muro de Berlín en 1989, 40 años después.  

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