6/4/12

¿MURIÓ JESÚS EN PRIMAVERA?

Es un hecho cierto que la mayoría de las fiestas cristianas coinciden en fechas que fueron muy importantes para las religiones paganas en época del Imperio Romano. La nueva religión tenía que imponerse ante las muy antiguas y milenarias tradiciones que habían configurado la vida de las personas durante siglos. La competencia era dura, y una manera muy eficaz de imponer el nuevo credo era copiar antiguos ritos y ocupar las fechas en los que se celebraban. Este es el caso de la Semana Santa, la principal festividad cristiana que coincide con el inicio de la primavera, una fiesta en la que se rendía culto a Adonis que, igual que Jesús, resucitaba de entre los muertos.

Todo comenzó en el año 313 cuando el emperador romano Constantino promulgó el llamado Edicto de Milán que otorgaba a los cristianos libertad de culto y de reunión. Ese fue el pistoletazo de salida para un apogeo imparable de esta religión por todo el imperio, favorecido por la más que evidente simpatía por parte del emperador. Éste seguramente necesitaba una ideología que unificara el imperio y que legitimara su poder cada vez más absoluto a diferencia de emperadores anteriores, que siempre tuvieron que hacer como que gobernaban junto al Senado de Roma.

El emperador Constantino.
El Cristianismo iba a ser esa ideología y los obispos, agradecidos por el nuevo poder que disfrutarían, iban a ser sus funcionarios, los representantes directos del poder imperial en las ciudades. Pero eso necesitaba ser coordinado, por lo que Constantino convocó en el año 325 una gran reunión de obispos (llamada concilio) en la ciudad de Nicea, cerca de la nueva capital romana de Constantinopla. El propio emperador iba a presidirla y a poner orden en una serie de cuestiones todavía por decidir en una religión que, pocos años antes, aún se movía prácticamente en la clandestinidad.

Las cuestiones eran fundamentalmente dos: la naturaleza de Jesús y la fecha de su muerte. Con respecto a lo primero, había un obispo llamado Arrio que sostenía que Jesús era el hijo de Dios, un personaje superior, pero no Dios en sí mismo. La mayoría de los obispos, en cambio, defendían que Jesús y Dios eran lo mismo. Se podía, por tanto, rezar a Jesucristo de la misma manera que se rezaba a Dios. Constantino eligió esta segunda versión, la mayoritaria, y decretó que Jesús era “consustancial al Padre”. Sesenta años más tarde otro emperador, Teodosio I, y también en Nicea sumó al Espíritu Santo a esta pareja divina creando así la doctrina de la ‘Santísima Trinidad’.

Con respecto a la fecha de la muerte de Jesús, los Evangelios solamente indicaban que fue crucificado en vísperas de la pascua judía. La fórmula elegida por Constantino para celebrar la fiesta más importante de su nueva ideología estatal iba a ser la de buscar una fecha lo más cercana posible a ese día pero sin que coincidieran –por respeto a sus súbditos judíos se entiende. Así pues se decidió que se celebrase el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Una fecha muy disputada por las religiones de los habitantes del imperio. ¿Casualidad?

La muerte y resurrección del héroe
Desde muy antiguo, primero los fenicios y después los griegos y sus descendientes en la parte helenizada del imperio, celebraban el inicio de la primavera como la resurrección de Adonis. Cuenta el mito que este héroe fue fruto del incesto entre Tías, rey de Siria, y su hija Mirra. Este incesto fue buscado por la princesa que engañó a su padre para quedarse embarazada. Cuando éste descubrió el engaño persiguió a su hija para matarla, pero Mirra contaba con la ayuda de la diosa Afrodita que convirtió a su protegida en árbol para que pasara inadvertida. No fue suficiente, ya que el rey disparó una flecha contra el árbol, y de la herida nació el pequeño Adonis.

Adonis y Afrodita/Venus.
El mito continúa con un conflicto. Muerta Mirra y despreciado por su padre/abuelo, Afrodita entregó a Adonis a Perséfone, hija de Zeus y mujer de Hades, señor del infierno, para que le cuidara temporalmente. Pero era tal la belleza de Adonis que cuando Afrodita volvió a reclamarle Perséfone se negó a devolverlo. El dios de los dioses Zeus tuvo que intervenir y decretó que Adonis pasara medio año con Afrodita y la otra mitad con Perséfone en el infierno. Así, cada año Adonis salía del infierno sobre las mismas fechas y la naturaleza lo celebraba con la llegada de la primavera.

Los griegos lo celebraban de una manera muy peculiar, ya que era, principalmente, una fiesta femenina en el que las mujeres se descontrolaban sexualmente yaciendo con hombres al margen de sus matrimonios. Era la manera permitida de escapar de las rígidas convenciones sociales griegas que durante el resto del año confinaban a las mujeres al interior de las casas y les negaban cualquier tipo de vida social.

Sexo incontrolado de mujeres y el culto a un héroe que renace cada año no eran compatibles con la nueva ideología imperial/cristiana. La Semana Santa acabaría con esta tradición milenaria. A partir del Concilio de Nicea se seguiría celebrando la muerte y la resurrección de una divinidad, pero sin sexo.

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