Hace 210 años se firmó la paz entre los españoles y los portugueses. Ambos países firmaron el Tratado de Badajoz el 6 de junio de 1801 por el cual Portugal cedía a España la ciudad de Olivenza y reconocía el Guadiana como río fronterizo. Fue la última vez que ambos países se enfrentaron en una guerra que había estallado por interés de un tercero, Napoleón, que quería que los portugueses abandonasen su alianza con los ingleses, sus eternos enemigos, y cerraran sus puertos al comercio con las islas británicas. Para ello no iba a utilizar soldados franceses, ya que con los españoles tendría suficiente.
El 'generalísimo' Manuel Godoy. |
La guerra propiamente dicha solamente duró 18 días, lo suficiente para que los españoles conquistaran la ciudad de Olivenza, llegaran hasta el río Guadiana y sitiaran la ciudad de Elvas. Fue allí donde unos soldados españoles ‘conquistaron’ unos naranjos. Cortaron un ramo y se lo entregaron a su jefe, el ‘generalísimo’ Manuel Godoy. Este no tardó ni un minuto en enviarlo a la reina de España, Maria Luisa de Parma, esposa de Carlos IV y, según las malas lenguas de la corte, amante de Godoy. Es por esta anécdota que esta guerra acabaría siendo conocida como la “de las naranjas”.
La guerra fue bastante absurda, ya que ninguno de los dos enemigos quería serlo realmente. Por un lado, los portugueses no tenían ninguna ambición en España desde que se independizaron definitivamente en el siglo XVII. Por el otro, los españoles actuaban como simples peones de Napoleón Bonaparte, que a su vez veía la guerra de Portugal como una manera indirecta de perjudicar a su enemigo de verdad, los ingleses.
Escudo portugués en Olivenza. |
Solamente parecía que había una persona a la que la guerra sí le parecía beneficiar: el generalísimo Godoy, primer ministro de Carlos IV y favorito de su mujer. Godoy había sido el principal impulsor de recuperar la tradicional alianza entre España y Francia, a pesar de que los franceses habían hecho una revolución durante la cual le habían cortado la cabeza a su rey, un Borbón pariente de la familia real española.
Sin embargo, la alianza con Francia no supondría ninguna ventaja para España, más bien lo contrario. La amistad con Napoleón suponía la enemistad con Inglaterra, lo que as su vez ponía en peligro el enorme imperio colonial español en América debido al indiscutible control inglés del mar. Aún así España fue a la guerra.
Ruina de un puente sobre el Guadiana. |
La guerra con Portugal duró poco tiempo y se hizo con desgana. Sin embargo, las consecuencias todavía se viven hoy en Olivenza, una ciudad plenamente española aunque todavía quedan algunos vestigios portugueses en sus calles y edificios antiguos. Su gente también recuerda su pasado luso y no ha sido hasta hace poco que el portugués se hablaba con un acento propio, el llamado portugués oliventino, junto con el español.
En Elvas, la ciudad donde crecieron las naranjas que dieron nombre a la guerra, muy cerca de la frontera con España, la antigua ciudadela defensiva con sus gruesos muros sigue en pie mientras los antiguos cañones siguen apuntando a España, por si acaso.
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Qué recuerdos me trae este artículo de aquella excursión: Elvas, el puente de Ajuda, el vinito blanco... la verdad que sólo faltaron las naranjas, imagino que Godoy acabó con ellas je,je.
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