15/9/13

1942, HITLER ORGANIZA SU ‘ESPACIO VITAL’ EN EL ESTE

En septiembre de 1942 las SS publicaron un documento estremecedor: un plan de reasentamiento masivo en los territorios  de la URSS ocupados por Alemania. Su objetivo era hacer realidad el sueño de Hitler de un espacio vital en el este de Europa. Se preveía que unas 12,8 millones de alemanes o arios se asentarían allí, pero a costa de la muerte programada de unas 30 millones de personas.

Adolf Hitler lo tenía claro desde mucho tiempo atrás. Ya en 1924 escribió en su libro ‘Mi Lucha’ sobre la necesidad de que Alemania ampliara sus territorios para ser una potencia mundial, y que tenía que hacerlo a costa de los países del este de Europa. Decía que Alemania necesitaba expandirse, ganar riquezas y territorios para ser fuerte y poder hacer frente a las otras grandes potencias. El Imperio Británico era su ejemplo a seguir, y sabía que si Alemania quería emular a los ingleses, necesitaba una enorme colonia como la India para explotarla. Esa “India europea” iban a ser los territorios del este europeo, en concreto en Polonia, Rusia, los países bálticos y Ucrania.   

Hitler justificaba que esa expansión no solamente era posible sino incluso necesaria porque, según él, la población de esos territorios era “racialmente inferior” a la alemana. Eran “Untermenschen”, infrahumanos. Para Hitler los eslavos no tenían legitimidad para vivir en las enormes y ricas planicies de Polonia, Ucrania o Rusia mientras los alemanes se hacinaban, según él, en unos territorios cada vez más pequeños. Europa del este representaba el espacio vital necesario para que Alemania fuera fuerte y Hitler quería conquistarla.

Propaganda nazi: El eslavo como "infrahumano".
Menos de 20 años después de escribir esto en su libro, Hitler casi había conseguido cumplir su sueño. En 1939 sus ejércitos eran los más poderosos de Europa. Habían conquistado Chequia y Polonia y ya se estaban realizando los primeros planes para colonizar ese territorio con alemanes a costa de expulsar a sus pobladores eslavos de determinados territorios, sobre todo aquellos que hasta 1919 habían pertenecido a Alemania y que habían pasado a formar parte de Polonia tras el tratado de Versalles.

Fue el primer plan de toda una serie de actuaciones que se irían sumando hasta crear lo que se llamaría el Plan General Este (Generalplan Ost), un plan inmenso y muy ambicioso con el objetivo de cambiar para siempre las estructuras étnicas, culturales y demográficas entre Alemania y los Urales. El objetivo era borrar todo rastro de sus habitantes originales y sustituirlos por alemanes o personas que los nazis consideraban “racialmente puros”. Éstos debían crear grandes granjas cuyos excedentes irían a alimentar a la población del Reich. A los eslavos sólo se les reservaba el papel de siervos de esas granjas. Pero sólo en número suficiente como para servir a sus amos. No debía haber demasiadas ‘bocas innecesarias’ para alimentar.

La invasión de la URSS
Ese plan comenzó a tener visos de ser realizable cuando los alemanes invadieron la URSS en junio de 1941 y conquistaron  Bielorrusia, los países bálticos, Ucrania y grandes territorios de Rusia. Un territorio inmenso. Aunque la ofensiva alemana pronto sufrió una grave derrota a las puertas de Moscú en diciembre de 1941, un año después todavía era muy superior al Ejército Rojo y nada parecía suponer a corto plazo que Alemania fuese a perder la guerra.

 
Conquistas alemanas en el este de Europa.
Fue en este contexto de confianza en la victoria cuando se siguieron desarrollando los planes para concretar la manera de convertir el este de Europa en la “India europea” con la que soñaba Hitler. En esa planificación colaboraron no sólo las SS, también lo hizo la Universidad Friedrich Wilhelm de Berlín (hoy llamada Humboldtuniversität), que colaboró publicando en mayo de 1942 un documento estratégico de máxima importancia en el que se definían los futuros lugares de asentamiento de colonos alemanes en los territorios del este. En concreto en tres grandes zonas: al sur de Leningrado (hoy San Petersburgo), en los países bálticos y Crimea y Ucrania central. Esos lugares serían completamente ‘alemanizados’ con nuevos habitantes. ¿Qué pasaría con los polacos, rusos o ucranianos que vivían allí?


Un siguiente documento, este publicado en septiembre de 1942 por las SS, fue el que puso cifras a esa locura. Así, según este plan general, unos 12,8 millones de alemanes y arios debían poblar los territorios del este conquistados. Previamente, entre un 80 y un 85% de polacos debían ser eliminados o expulsados de sus territorios; también entre un 50 y un 75% de checos; así como entre un 50 y un 60% de rusos europeos. En total unas 30 millones de personas debían ser asesinadas para “hacer sitio” a los nuevos amos. Es decir, los nazis tenían previsto un holocausto mucho mayor entre los eslavos del que se estaba perpetrando en ese momento contra los judíos.
Las zonas de asentamiento alemanas planeadas.

La política racista y criminal de los nazis para los que la vida humana no valía nada se veía perfectamente reflejada en este ‘Plan General Este’. La población autóctona solamente tenía valor como mano de obra esclava para servir a sus nuevos dueños alemanes. Pero no todos harían falta. Sólo los más fuertes y aptos para trabajar. El resto eran considerados bocas sobrantes que no se deberían alimentar. Para los nazis eran “Untermenschen”, infrahumanos iguales que los animales a los que se podía sacrificar. El “Plan General Este” era un plan para un holocausto nunca visto en la historia de la humanidad.

Un plan con muchas dificultades
Por fortuna este plan tenía muchos problemas para ser una realidad. Para empezar, no había 12,8 millones de alemanes dispuestos a dejarlo todo y dedicarse a la agricultura en el este de Europa. Faltaban colonos, por lo que los criterios de los nazis para aceptar candidatos se fueron relajando. Pasaron a aceptar a los llamados Volksdeutsche, es decir, alemanes étnicos que vivían en el este de Europa pero que no eran ciudadanos del Reich, y también a arios nórdicos, sobre todo de las ocupadas Noruega y Holanda. Pero apenas se presentaron voluntarios. En pleno S. XX pocos querían ser granjeros.

Víctimas de la ocupación.
El caos burocrático fue otro impedimento. A diferencia del cliché de la eficacia alemana, el régimen nazi se caracterizaba precisamente por lo contrario. Hitler construyó su régimen basándose en la máxima “divide y vencerás”, por lo que ningún subalterno suyo gozó nunca del poder suficiente como para imponerse a los demás. Eso incluía también que muchas administraciones enfrentadas compartían competencias y en las que, en vez de cooperar, se obstaculizaban mutuamente.

En los territorios del este Alemania contaba con tres organizaciones poderosísimas que se disputaban la administración de la zona ocupada: el ejército, el Ministerio para los territorios ocupados del este (Reichsministerium für die besetzten Ostgebiete) y las SS. Cada uno tenía sus propios intereses y objetivos. Los militares la lucha contra los partisanos y garantizar la llegada de suministros al frente, el ministerio la explotación económica de los territorios, y las SS su ‘germanización’ étnica. Muchas veces estos objetivos se contradecían, como por ejemplo, si se expulsaba o asesinaba a la población de una zona, su rendimiento económico bajaba drásticamente. Los alemanes tenían un plan, pero el caos era tal entre sus filas que nunca se pudo poner en práctica. Y porque no tuvieron tiempo.

En enero de 1943 el curso de la guerra cambió dramáticamente. Con la derrota aplastante en Stalingrado, Alemania pasó a la defensiva. Ahora era la URSS la que realizaba ofensivas y recuperaba amplios territorios. A lo largo de 1943 los alemanes fueron lentamente expulsados de Ucrania, y en 1944 lo fueron también de Bielorrusia y de los países bálticos. El Plan General Este se había convertido en una quimera y en una pesadilla que por fortuna nunca se pudo realizar.

Pero los nazis sí que causaron un sufrimiento infinito entre los eslavos. Aunque no ha sido catalogado de holocausto, se calcula que la URSS sufrió entre 20 y 30 millones de muertos, la mayoría civiles durante la ocupación alemana. 30 millones, la cifra prevista por el “Plan General del Este”.


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