12/4/12

EL PRIMER DISPARO DE LA GUERRA DE SECESIÓN

Bombardeo del Fuerte Sumter.
El 12 de abril de 1861, hace hoy 151 años, sonó el primer disparo de la Guerra Civil Americana, la Guerra de Secesión. Su origen fue un cañón de los flamantes Estados Confederados de América, una unión temporal y ad hoc formada por algunos estados que acababan de decidir su secesión de los Estados Unidos de América. Se enfrentaban dos mundos, dos maneras de entender el presente y el futuro.

Eran las 4:30 horas de la madrugada. Un poderoso estruendo sonó en la bahía de Charleston, la capital de Carolina del Sur. Una batería confederada disparó sobre el Fuerte Sumter, una pequeña isla fortificada en el centro de la bahía sobre la que todavía ondeaba la bandera de la Unión. Los soldados de la guarnición estaban a cubierto. Sabían lo que les venía encima. Una hora antes los enviados de los confederados les habían advertido de sus intenciones si no entregaban el fuerte. Viejas maneras de hacer la guerra.

El disparo que comenzó la guerra fue disparado desde la propia Charleston, la capital del estado sudista más combativo y hostil al sistema federal de los EEUU. Carolina del Sur ya se había separado de la Unión el 20 de diciembre de 1860. Fue el primero de muchos que decidió separarse. No tardaron en seguir su ejemplo Carolina del Norte, Alabama, Georgia, Tennesse, Florida, Luisiana, Arkansas, Misisipi, Texas, y la enorme y rica Virginia, el estado matriz de los primeros colonos ingleses.

Las causas eran muchas, pero en ese momento se fundían en un solo hombre y en lo que él representaba: Abraham Lincoln. Este hombre de 51 años de Kentucky era el primer republicano en ganar el derecho a residir en la Casa Blanca desde la independencia de los EEUU, y representaba una manera de entender el país diferente de los anteriores presidentes. Sobre todo había una cuestión que dividía al país y que resultó clave para la secesión: la esclavitud. Los estados del sur eran grandes productores de algodón y de tabaco, y sus extensísimas plantaciones eran trabajadas por esclavos negros. En el norte industrializado la existencia de esclavos en el sur representaba un escándalo y su abolición se convirtió en un asunto primordial. Lincoln y los republicanos simpatizaban con la abolición, lo que alarmó a los estados del sur.

Causas comerciales
Sin embargo, la verdadera causa de la secesión era otra. Aunque Lincoln simpatizaba con los abolicionistas, no tenía intención de prohibir la esclavitud. Lo que sí propugnaba era una política proteccionista para la nueva industria del norte, es decir, aumentar los impuestos de aduana para encarecer la importación de productos extranjeros (principalmente británicos) y proteger así la producción y compra de productos producidos en los EEUU.

Plantación de algodón.
Para los estados del sur esta política proteccionista supondría un duro golpe para su economía ya que era su algodón el que suministraba la materia prima precisamente a la industria textil británica. Una subida de los aranceles supondría un mayor coste de exportación, por lo tanto una pérdida de competitividad importante, y precios más caros a la hora de importar productos británicos tan importantes para la calidad de vida sudista.

La verdadera causa de la guerra entre el norte y el sur fueron pues económicas, pero detrás de ello se escondían también dos formas de entender el mundo: el norte era industrial, densamente poblado, con muchas ciudades y en pleno crecimiento tecnológico. El sur, en cambio, era absolutamente rural, su clase dirigente eran aristócratas terratenientes y había pocas ciudades. El progreso tecnológico era peligroso, ya que cualquier cambio en las estructuras económicas, técnicas y sociales acabaría con este paraíso conservador, un verdadero ejemplo del mundo preindustrial que ya tenía las horas contadas a mediados del S.XIX.

Pero la mayoría de los sudistas no lo veían así. Muy celosos de la autonomía de sus estados y acérrimos defensores de su estilo de vida, vieron en Lincoln y en su política proteccionista una seria amenaza. Una vez que estaba claro que Lincoln había ganado, la mejor manera que vieron para no tener que aplicar los aranceles era la independencia.

La reacción
En los estados del norte la secesión no fue bien vista. Lincoln tenía un concepto amplio de los EEUU y no reconoció la independencia de los sudistas a los que pronto se llamó ‘rebeldes’. Sólo faltaba una chispa para provocar el incendio y esa chispa estaba en la bahía de Charleston.

El ataque al Fuerte Sumter.
El Fuerte Sumter era un caso curioso consecuencia de la independencia de Carolina del Sur. Estaba en una isla que ambas partes reclamaban como suya. Carolina del Sur decía que, obviamente, como estaba en Charleston le pertenecía, por lo que exigió la retirada de los soldados federales. Pero el ejército federal sostenía que la isla pertenecía al ejército y que, por lo tanto, no era territorio confederado y seguía siendo parte de los EEUU. La polémica duró casi cuatro meses en los cuales el ejército federal trató de enviar suministros a su guarnición aislada ante la resistencia de los confederados hasta que el 12 de abril de 1861 estalló la guerra.

Los 127 soldados de la guarnición aguantaron casi dos días de bombardeos intensos pero sin sufrir ni una sola baja. El 13 de abril por la tarde, viendo que no tenía sentido mantener el fuerte, el comandante lo rindió a cambio de la evacuación de sus hombres. Fue entonces cuando se produjo la primera muerte de la guerra: a un artillero federal le explotó un viejo cañón cuando lo disparó para lanzar una salva de protocolo durante la retirada. Fue el primero de más de un millón de muertos y heridos en cuatro años de guerra que arrasaron el sur de los EEUU y su estilo de vida.

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