10/11/11

LA GRAN HUIDA HACIA BERLIN… ORIENTAL

El muro de Berlín se abrió definitivamente en la noche del 9 de noviembre de 1989. Atrás quedaron 28 años de división violenta y traumática de una ciudad que vio cómo una infranqueable barrera de hormigón y alambre de espinas cortaba por la mitad a una de las capitales más grandes y dinámicas de Europa. El muro comenzó a construirse el 13 de agosto de 1961, y hasta su apertura miles de ciudadanos de la zona oriental trataron de saltarlo en dirección oeste, empeño que le costaría la detención a la mayoría de ellos y la muerte a 79. Sin embargo, a pesar de que la huída hacia el oeste era la dirección tomada por la mayoría de los que trataron de salvar este obstáculo, hubo algunos, y no pocos, que emprendieron la huída en sentido inverso, hacia Berlín oriental, la capital del régimen comunista de la RDA.

En la primavera de 1988, cuando nadie podía sospechar que quedaría poco más de un año para el fin del muro, se produjo un grave conflicto callejero entre la policía de Berlín occidental y cientos de okupas, punkis y ecologistas. Éstos protestaban contra los planes del ayuntamiento de construir una autopista de circunvalación que pasaba por delante del muro e iba a destruir una zona de vegetación casi salvaje en pleno Potsdamer Platz, una de las plazas más concurridas de la Europa de antes de la Segunda Guerra Mundial.
En 1988 no existía más que en el nombre, ya que los bombardeos de la guerra y la posterior división de la ciudad, convirtieron la plaza en un descampado completamente abandonado en el que la vegetación crecía sin control ayudada por el húmedo clima berlinés. Allí, donde cincuenta años antes pasaban los tranvías y se erigían edificios enormes de tiendas, en 1988 crecían árboles y arbustos. Incluso se habían establecido colonias de animales que vivían bajo la sombra del muro sin ser molestados.
El triángulo de Lenné
Esta zona del Potsdamer Platz se conocía como el “triángulo de Lenné” y tenía una peculiaridad. Aunque estaba en el lado occidental del muro, pertenecía a Berlín oriental. Eran cuatro hectáreas de terreno de la RDA plenamente accesibles desde el oeste que no fueron incluidas dentro del recinto del muro por motivos de eficiencia, ya que hubiera supuesto seguir un complicado trazado que no merecía la pena a los planificadores del muro. Así pues, cuatro hectáreas de terreno que pertenecían a la Alemania comunista estaban completamente abandonadas en pleno centro del Berlín dividido. Y por allí debía pasar la autopista occidental, previo intercambio de territorio.
Esto movilizó a los okupas y ecologistas, muy numerosos en el Berlín occidental de los años 80, una ciudad en la que los jóvenes gozaban de privilegios como la exención del servicio militar y becas del Gobierno federal, que quería así mantener la población de esta isla capitalista en pleno territorio del Pacto de Varsovia durante la Guerra Fría. Así pues, en Berlín se concentraban cientos de punkis, okupas y el movimiento ecologista gozaba de una muy fuerte popularidad. Éstos se organizaron contra los planes del ayuntamiento y montaron un gran campamento de chozas en el triángulo de Lenné para evitar la construcción de la autopista.
La policía occidental y los manifestantes jugaban al gato y al ratón, ya que cada vez que los antidisturbios cargaban, los okupas se retiraban al exclave comunista donde los policías no podían detenerles. Mientras tanto, el gobierno oriental miraba los enfrentamientos no sin cierta satisfacción.
Carga la policía
Pero todo cambió el 1 de julio de 1988, la fecha en la que se hizo efectivo el trueque del terreno entre las dos mitades berlinesas. A partir de ese día el triángulo de Lenné pasaba a formar parte de la zona occidental. La policía se preparó y a primera hora de la mañana se presentó en el lugar con cientos de antidisturbios y tanquetas con el objetivo de desalojar el terreno.
Pero los manifestantes estaban preparados, y antes de que los policías pudieran empezar su misión, unos 200 okupas, punkis y ecologistas comenzaron a escalara el muro de Berlín en dirección este, hacia Alemania oriental, que estaba dispuesta a echarles una manos. Los soldados les estaban esperando y fueron transportados en camiones a diferentes puestos fronterizos, donde los manifestantes pudieron volver al oeste el mismo día después de tomar el desayuno a la salud del régimen comunista.
Esta curiosa anécdota, sin embargo, no tuvo mayor repercusión. El muro cayó menos de un año y medio después del suceso y la autopista jamás se construyó, por suerte. Hoy, el triángulo de Lenné forma parte de la nueva Potsdamer Platz, otra vez una de las plazas más dinámicas y modernas de Europa, y otra vez en el centro de Berlín.
  

4 comentarios:

  1. Micha, eres un crack! Un abrazo, Grex

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, otro abrazo muy fuerte!

    ResponderEliminar
  3. Muy buen artículo, además me trae muy buenos recuerdos...

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias Gus. para que te hagas una idea, esto ocurrió más o menos enfrente de lo que hoy es el Sony Center. ¡Un abrazo muy fuerte!

    ResponderEliminar