13/8/11

LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

La señora Siekmann vivía en Berlín el 13 de agosto de 1961. Tenía 58 años y sólo quedaban diez días para su cumpleaños. Había llegado allí casi veinte años antes, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando huía de los rusos que habían asolado su casa en una ciudad en el este que ahora pertenecía a Polonia. Como muchos alemanes del este, pudo escapar por poco de la muerte no sin sufrir graves privaciones, miedo y angustia por su vida y su futuro. Llegó a Berlín sin nada y tuvo que empezar una nueva vida desde cero.

Parecía que había tenido suerte. Había encontrado un trabajo y una casa, en la calle Bernauer número 48. Todo parecía normal en esa casa. Era igual que todas las demás, una casa típica de un barrio obrero berlinés, alta, de unos cinco pisos, sin balcones, solamente una fila de ventanas rigurosamente iguales que daban a la calle. En apariencia no había nada que diferenciara esa casa de la de enfrente, excepto que la de enfrente pertenecía al barrio de Wedding y la de la señora Siekmann al barrio de Mitte. La calle Bernauer hacía de frontera administrativa, algo completamente irrelevante, excepto en el Berlín de la guerra fría.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial las potencias vencedoras se dividieron la capital alemana en cuatro zonas: soviética, estadounidense, británica y francesa. En 1961 esta división, que en un principio apenas afectaba a la población, sería crucial. Pero para algunos más que para otros. Por ejemplo, para la señora Siekmann, ya que la frontera entre la zona soviética y la occidental pasaba justo delante de la puerta de su casa. El barrio de Mitte había sido adjudicado a los rusos mientras que el de Wedding lo había sido a los franceses.

Al principio la señora Siekmann apenas notaba esta división, ya que, al igual que el resto de berlineses, podía moverse con cierta libertad entre las zonas, lo que para ella significaba simplemente poder cruzar la calle. Iba a trabajar, hacía la compra y visitaba a su hermana que vivía a pocos metros en la zona occidental. Parecía que iba a poder llevar una vida normal, pero en realidad estaba viviendo en la misma frontera entre dos mundos diferentes y enfrentados. Y esa frontera un día se cerró. Fue en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961.

Era domingo por la mañana cuando llegaron los primeros policías y soldados. La señora Siekmann y sus vecinos seguramente se extrañarían por el ajetreo y el ruido que les despertaría muy temprano, y se alarmarían cuando los soldados comenzaron a levantar una alambrada en la puerta de su casa sin ninguna explicación.

Toda la ciudad estaba en estado de excitación. El gobierno de Alemania Oriental estaba cerrando los accesos a la zona occidental construyendo un enorme muro de ladrillos protegido por una alambrada vigilada por miles de soldados. Decían que era para proteger Berlín oriental de un posible ataque desde el oeste, pero los soldados tenían orden de vigilar que nadie se acercara desde el este. Ya nadie podría cruzar la línea.

A los pocos días el muro de ladrillos llegó a la calle Bernauer. La señora Siekmann y sus vecinos ya no podían salir a la calle por la puerta principal, solamente una puerta trasera que daba a los patios interiores. Cada vez que salían o entraban tenían que padecer unos controles cada vez más agresivos y humillantes. Su fachada se había convertido en parte del muro y solamente sus ventanas daban acceso a la zona occidental. La señora Siekmann y sus vecinos sabían que estaban siendo encerrados y que cada ladrillo que los obreros colocaban sobre la capa de cemento significaba un resquicio menos por donde poder escapar.

La señora Siekmann ya había huido una vez durante la guerra. Se estaba haciendo mayor y la situación que estaba sufriendo le estaba provocando una angustia y un miedo que no había vuelto a sufrir desde aquellos fríos y oscuros días de 1945. ¿Debía huir o quedarse? ¿Tendría fuerzas para empezar otra vez su vida de nuevo? Pero por otro lado, ¿podría vivir sin su hermana y sus amigos? Vivían al otro lado de la calle, pero el estrecho muro de ladrillos que estaban construyendo los soldados les estaba separando miles de kilómetros. Podía ver su familia debajo de su casa. Le gritaban, lloraban, le animaban a salir de allí. Otros vecinos ya estaban saltando de sus ventanas. Los bomberos de la zona occidental los iban aguardando con lonas para amortiguar su caída. Y mientras tanto los ladrillos se acercaban. Estaban a punto de emparedar la última esperanza de libertad de la señora Siekmann.
 
El 22 de agosto de 1961 la señora Siekmann estaba prácticamente encerrada en su casa, rodeada de alambradas, cemento y policías fuertemente armados. Solamente quedaba abierta una ventana de su casa. La señora Siekmann tomó su decisión. Gritó a la multitud de berlineses que se encontraban debajo de su ventana para que avisaran a los bomberos. Entonces cogió su ropa de cama y algunas pertenencias y las arrojó a la calle. Los soldados se dieron cuenta. Podía oír como sus botas chocaban con el suelo cada vez más fuerte mientras corrían hacia su casa para detenerla. Se estaban acercando cada vez más deprisa. La señora Siekmann se asustó, mucho. Entró en pánico. Pensaría que si la cogían la torturarían, iría a la cárcel. No se lo pensó más y saltó.

Pero allí no había nadie para amortiguar su salto. Los bomberos no habían llegado. La señora Siekmann saltó y cayó al vacío. La llevaron al hospital y allí murió, un día antes de su cumpleaños. Ida Siekmann fue la primera víctima del muro de Berlín. 



5 comentarios:

  1. Thank you for posting! The story of Ida Siekmann moves me immensely. Only one Berlin Wall victim moves me more; Hildegard Trabant. Please see what I had to write at http://idasiekmann.blogspot.com/ and http://hildegardtrabant.blogspot.com/ .

    Danke für die Veröffentlichung! Die Geschichte von Ida Siekmann bewegt mich ungemein. Nur eine Mauer Opfer bewegt mich mehr, Hildegard Trabant. Bitte sehen, was ich zu schreiben hatte, bei http://idasiekmann.blogspot.com/ and http://hildegardtrabant.blogspot.com/ .

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    1. Danke für Ihren Kommentar. Ich hoffe das der Text dem Gedenken der Frau Siekmann würdig ist. Viele Grüsse.

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    2. O JA!!! Ihr Text dem Gedenken der Frau Siekmann war sicher sehr würdig. Es wurde am meisten geschätzt.

      Ich habe eine Frage. Sie sagten, in Ihrem Text, dass Frau Siekmann ankamen fast zwanzig Jahre vor dem Ende des Zweiten Weltkriegs ((Ende 1920er oder früh 1930er?), late 1920's or early 1930's?), als sie von den Russen, die ihr Haus zerstört in einer Stadt im Osten, die heute zu Polen gehört hatte geflohen.

      Kannen Sie mir sagen, woher haben Sie diesen Information gelernt oder bekommen?

      (Ich hätte gedacht, dass sie Polen floh in den frühen 1940er Jahren haben)

      Vielen Dank im Voraus!

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    3. Nochmals vielen Dank für Ihren Kommentar. Ich habe diese Information in einer Webpage über Maueropfer im Internet recherchiert, aber ich kann Ihnen leider nicht sagen aus welcher. Ich habe den Text vor mehr als zwei Jahren geschrieben und kann mich leider nicht mehr erinnern und genauso wenig wieder finden. Falls ich diese Webpage in Kürze finden sollte könnte ich Sie Ihnen natürlich zur verfügung stellen.
      Mit freundlichen Grüssen.

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  2. 12:07 PM (0 minutes ago)

    to Michael


    Haben Sie ein Wikipedia-Konto? Ich würde mich meistens freuen, die Geschichte von Frau Siekmann auf Spanisch-Wikipedia zu sehen. Ich habe fast vollständige wiedergeschrieben auf der englischen Version, viele Updates für die deutsche Version ( https://de.wikipedia.org/wiki/Ida_Siekmann ), und ich fügte ihr Bild auf der polnischen Version. Wenn Sie nicht auf Wikipedia sind, bin ich glücklich, die spanische Version zu schaffen, mit Ihrer Hilfe natürlich, weil Ihr Spanisch ist natürlich viel besser als meins.

    Bob

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