18/11/11

EL PRIMER REVÉS DEL ZORRO DEL DESIERTO

El general Erwin Rommel.
Ocurrió hace 70 años. Era el 18 de noviembre de 1941 a las 6 de la mañana. Quedaba todavía un tiempo para que amaneciera y la calma en el desierto parecía total. Hacía frío, lo normal para esa época del año y para el desierto libio cuando los rayos del sol no lo inundan todo con su intensa luz. Los soldados alemanes e italianos se acurrucaban en sus blindados o en sus trincheras esperando poder dormir un poco más antes de comenzar otro día de dura campaña en el desierto. Pero de pronto estalló el infierno. Más de mil cañones comenzaron a disparar al unísono y sus explosivos golpearon el suelo con tremendas explosiones que podían levantar la arena más de 20 metros. Mirando hacia el este, el horizonte se iluminó con esta demostración de poder militar. Eran los británicos que pasaban a la ofensiva. Había comenzado la Operación ‘Crusader’, el primer revés del zorro del desierto.

Los alemanes del Afrikakorps y sus aliados italianos se defendieron tenazmente, incluso pasaron al contraataque en varias ocasiones. Pero solamente tras muchas pérdidas frente a los panzer alemanes los británicos consiguieron lo que hasta ese momento parecía imposible: los alemanes comenzaron a retroceder. Los británicos por fin habían conseguido vencer a los alemanes. Fue la primera vez en la Segunda Guerra Mundial. Y no eran tropas cualquieras las que se retiraban. Estaban mandadas por probablemente el mejor general alemán de la guerra: Erwin Rommel, apodado el ‘zorro del desierto’.

Llega el Afrikakorps

Un panzer del Afrikakorps en el desierto.
Rommel había llegado a Libia a principios de 1941, nueve meses antes de la ofensiva británica. Lo hizo enviado por el propio Adolfo Hitler con la misión de ayudar a sus aliados italianos que estaban pasando un momento muy difícil en su colonia del desierto. A mediados de 1940, celoso de los éxitos alemanes en Francia, el dictador italiano Benito Mussolini arrastró a su país a la Segunda Guerra Mundial. Uno de los nuevos frentes que se abrió fue en la frontera entre la colonia italiana de Libia y el ‘protectorado’ británico de Egipto que fue invadido por unos 200.000 italianos.

Sin embargo, muy pronto se estancaron y fueron vencidos por los 35.000 británicos que defendían Egipto. Comenzó una larga retirada que abandonó la provincia libia de Cirenaica a los ingleses y en la que decenas de miles de italianos fueron hechos prisioneros. La derrota italiana en el norte de África era total y la capital de la colonia, Trípoli, corría el riesgo de caer también. Hitler no podía permitir este fracaso, por lo que envió al general Rommel y a dos divisiones panzer, las mejores del ejército alemán.

Blindados británicos.
Rommel tenía órdenes de mantenerse a la defensiva y evitar que Trípoli cayera en manos enemigas. Por eso estaba bajo mando italiano y contaba con relativamente pocas tropas. Sin embargo, haciendo gala de su oportunismo y su carácter agresivo, Rommel pasó a la ofensiva incluso antes de que el total de sus soldados hubiesen desembarcado. Los británicos fueron cogidos por sorpresa y huyeron despavoridos de vuelta a Egipto. Los alemanes recuperaron toda la región de Cirenaica haciendo miles de prisioneros dando la vuelta así a la derrota italiana de tan solo unos meses antes.


La carnicería de Tobruk
Un panzer vencido.
El Afrikakorps llegó a la frontera con Egipto en pocas semanas. Se había confirmado una vez más el mito de los invencibles panzer. El camino hacia Alejandría y el estratégico Canal de Suez parecía abierto. Solamente faltaba un pequeño detalle. En la retaguardia alemana había un pequeño puerto que seguía resistiendo los ataques del Afrikakorps. Los alemanes necesitaban conquistarlo antes de seguir su ofensiva. Ese puerto era Tobruk y estaba defendido por soldados australianos. Era algo usual en el VIII Ejército británico, que de inglés tenía poco. Era una amalgama de nacionalidades del Imperio británico: indios, neozelandeses, sudafricanos, algunos ingleses y, por supuesto, los australianos. Aguantaron meses de asedio y bombardeos constantes y brutales bajo un calor implacable y una sed insoportable.

Los alemanes no sabían cómo romper sus defensas, ya que en este caso no podían usar su enorme superioridad en velocidad y astucia que le daban sus tanques. Tenían que atacar frontalmente a las ametralladoras australianas, lo que causaba miles de bajas entre los atacantes sin lograr ningún progreso. Miles de soldados perecían bajo el sol abrasador del desierto, cosidos a balazos mientras las bombas explotaban por doquier. Pero de nada sirvió. Tobruk no cayó y la ofensiva británica obligó a los alemanes a levantar el cerco y a huir hacia el oeste.

Rommel se escapa

La retirada de Rommel.
Rommel había perdido su primera batalla. Pero los británicos solamente habían conseguido una victoria a medias. Los alemanes se retiraron de la Cirenaica y Tobruk estaba libre. Pero la segunda parte del plan, la destrucción del Afrikakorps, no pudo cumplirse. Rommel demostró ser sagaz y escurridizo incluso en la derrota. Logró retirarse a tiempo salvando a gran parte de sus soldados que llegaron al pueblucho de ElAgheila a principios de enero de 1942.

Esta aldea costera era y sigue siendo la frontera entre las dos provincias libias, la Tripolitania y la Cirenaica. De allí habían partido Rommel y el Afrikakorps casi un año antes. Ahora estaban en el mismo punto de partida. Pero si alguien pensaba que estaban vencidos, se equivocaba. Solamente necesitaron unas pocas semanas para descansar y reparar sus equipos. En febrero de 1942 volvieron a la carga y Rommel infringiría a los británicos algunas de sus más terribles derrotas.


Película en color sobre la Operación Crusader (sin voz):


No hay comentarios:

Publicar un comentario