En la noche del 1 al 2 de octubre de 1943, unos 7.000 judíos daneses
huyeron a Suecia. Los nazis habían ocupado su país y tenían la orden de
detenerlos y llevarlos a los campos de exterminio. Sin embargo, sólo unos 450
judíos fueron arrestados. El ejército alemán no hizo nada para impedir esta
huida masiva, y la Gestapo y las SS no se emplearon con la misma energía que en
otros lugares. Dinamarca fue una extraña excepción a la regla del Holocausto.
Cientos de barcas
pesqueras se pusieron en marcha aquella noche. Con las luces apagadas y sin
hacer ruido para sortear a los guardacostas, los experimentados marineros cruzaron
con sus pequeñas naves los escasos kilómetros de mar que separaban la Dinamarca
ocupada por Alemania de la Suecia neutral. En ellas viajaban miles de personas
de todas las edades y sexos. Seguramente sentían miedo y frío, terror por la
incertidumbre de su destino; pero seguramente también una enorme alegría y un gran
alivio cuando llegaron a las costas de su destino, donde les estaban esperando
con mantas, comida y un lugar donde refugiarse. Ya estaban a salvo, nadie les
podía atrapar ya.
Unos 7.000 judíos de
los 8.000 que tenía Dinamarca en 1943 lograron escapar así de su muerte segura
en los campos de exterminio nazis. En una sola noche entre el 1 y el 2 de
octubre de 1943 lograron escapar, dejando atrás un imperio que deseaba
torturarlos y matarlos. Sólo unos 450 judíos fueron arrestados por los SS y la
Gestapo. 102 murieron en las cámaras de gas, un porcentaje muy pequeño que
contrasta con la práctica aniquilación de los judíos en el este de Europa y la
persecución sin piedad de los judíos en Francia, Italia o en los Países Bajos.
Judíos daneses llegados a Suecia. |
Transportar a 7.000
personas a Suecia, muchas de ellas ancianos y niños, en una sola noche, con las
costas vigiladas y a través de un sistema básicamente improvisado que se
sostenía sólo por la solidaridad de miles de desconocidos, podría calificarse
como un éxito notable de la resistencia danesa. Sin embargo, surgen una serie
de interrogantes. ¿Cómo conocían la fecha exacta en la que iban a ser
deportados los judíos? ¿Realmente no les miraba nadie mientras cruzaban el mar
hacia su salvación? Y los nazis, ¿por qué no emplearon la misma energía y el
mismo tesón en perseguir a los judíos daneses que en otros lugares de Europa?
Años más tarde se supo
que un diplomático alemán, Georg Ferdinand Duckwitz, había alertado a un
político danés días antes de que se iba a proceder a la deportación de los
judíos. ¿Actuó por su cuenta? La resistencia no tardó en enterarse y en
organizar la fuga. Pero era un plan muy difícil de ejecutar sin despertar
sospechas ni hacer ruido. De hecho, la inmensa mayoría de los judíos se enteró
de que debían huir para salvar sus vidas durante los servicios religiosos del
29 de septiembre. Entre las miles de personas implicadas, ¿no había nadie que
se fuera de la lengua?
Werner Best. |
De hecho, la huída fue
posible porque la policía danesa hizo la vista gorda y también porque la
Gestapo y las SS decidieron comportarse con más corrección y menos violencia
que en otros países. No hubo patadas en las puertas ni emboscadas por sorpresa
a los judíos como en Varsovia, Budapest o en Roma. Los agentes nazis iban a las
casas vacías y llamaban a sus víctimas, y al ver que no estaban no insistían
demasiado ni tomaban represalias con el vecindario. Simplemente se marchaban
por donde habían venido. Al parecer tenían órdenes de su superior, el
Obergruppenführer de las SS Werner Best, Comisario del Reich para la Dinamarca
ocupada. Su prioridad era no despertar la animadversión de los daneses, aunque
fuera a costa de no ser eficaces en la persecución de los judíos, y mantener a
Dinamarca como el “protectorado ideal” del imperio de Hitler, sin apenas resistencia
ni oposición a los alemanes.
Dinamarca, el “protectorado
ideal” de Hitler
Dinamarca fue invadida y ocupada por Alemania el 9 de abril de 1940. Su ejército era muy pequeño y
para evitar un derramamiento de sangre inútil debido a una resistencia
imposible, los daneses se rindieron casi el mismo día. A cambio recibieron un
trato muy benévolo por parte de sus invasores. Dinamarca mantuvo a su gobierno
y a su rey, sus funcionarios seguían trabajando e incluso se permitía la
actividad de partidos políticos como los socialdemócratas, prohibidos y
perseguidos en el resto de la Europa ocupada. Incluso se celebraron elecciones
parlamentarias el 23 de marzo de 1943, impensable en otras democracias
invadidas por los alemanes como Francia u Holanda, por ejemplo.
Soldado alemán de ocupación en Dinamarca. |
Ya sea por su posición
inofensiva, por las simpatías que despertaba este pequeño país nórdico entre
las élites nazis por su “pureza racial” o por un simple experimento político,
Dinamarca se libró de ser formalmente ocupada hasta que la suerte de la guerra se
volvió descaradamente adversa para Hitler.
A medida que la guerra
se prolongaba, Alemania iba explotando más y más los recursos daneses para sus
propios esfuerzos de guerra, lo que iba en detrimento de las condiciones de
vida de la población. En agosto de 1943, con los aliados ya en suelo italiano y
los soviéticos avanzando en Ucrania, los daneses comenzaron una serie de
huelgas y protestas contra la explotación económica por parte de Alemania. La
respuesta fue la represión y la clausura del parlamento y del Gobierno. Pero
Alemania seguía interesada en mantener la calma en el pequeño país. ¿Fue por
eso que la deportación de los judíos fue tan poco minuciosa, por llamarlo de
alguna manera?
Puede ser que los 7.000
judíos daneses pudieran escapar porque la resistencia supo planear su fuga con
extrema eficacia y porque contaban con la solidaridad y ayuda de la mayoría del
resto de daneses. Puede ser que también influyera el cálculo político de los
nazis de preferir dejar escapar a los judíos a tener que enfrentarse a una ocupación
costosa en Dinamarca. Puede también que algunos funcionarios nazis atisbaran ya
la derrota alemana y empezaran a trabajar para “limpiar” sus currículos. O puede
que no haya una sola causa.
Lo que sí está claro es
que de los 8.000 judíos daneses murieron solamente 102. Y también que el jefe de las SS en Dinamarca, Werner Best, se libró
de la horca. Fue juzgado por los propios daneses cuando terminó la guerra. Primero
lo condenaron a muerte, pero debido a su supuesta actitud benevolente con los
judíos, fue perdonado y condenado a 12 años de prisión de los que sólo cumplió
cinco. Best regresó a Alemania, donde vivió el resto de su vida sin ser
molestado hasta que murió en 1989 con la edad de 85 años. ¿Casualidad?
Este post forma parte del Concurso de Post Solidarios de la Fundación Mutua Madrileña
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