3/1/12

EL MUNDO CAMBIA PARA SIEMPRE: TODOS SERÁN CIUDADANOS ROMANOS

El emperador Caracalla.
Hace 1.800 años, en el 212 d.C., el emperador romano Caracalla cambió su mundo para siempre e hizo posible el nuestro. Por una orden suya sus súbditos pasaron de ser en su mayoría personas sometidas al poder omnipresente de Roma a convertirse en sus ciudadanos. El Derecho romano, que había servido durante generaciones para imponer la voluntad del pueblo más poderoso del mundo, se extendía ahora a todos los habitantes del imperio.

La Constitutio Antoniniana o edicto de Caracalla decía: El emperador César Marco Aurelio Severo Antonino Augusto declara: [...] puedo manifestar mi agradecimiento a los dioses inmortales que me protegen [...] considero, pues, que puedo [...] servir a su grandeza [...] haciendo participar conmigo en el culto de los dioses a todos los que pertenecen a mi pueblo. Por ello concedo a todos los peregrinos que están sobre la tierra la ciudadanía romana [salvaguardando los derechos de las ciudades] con la excepción de los dediticios. Pues es legítimo que el mayor número no sólo esté sometido a todas las cargas, sino que también esté asociado a mi victoria. Este edicto será [...] la soberanía del pueblo romano.

Ser ciudadano romano ya no sería nunca más un símbolo distintivo y un honor dentro del imperio reservado a una minoría. Antes, los romanos se servían de esta condición para dominar su mundo y dejar bien claro que ellos eran los amos, las personas de primera categoría a las que el resto de seres humanos debían obediencia. Sólo ellos tendían derechos. Por ejemplo, el apóstol San Pablo no pudo ser torturado por los legionarios porque era ciudadano. Esta condición le protegió de ser maltratado. La ley era más fuerte que la espada.
El imperio en época de Caracalla.

Pero eso se acabó hace 1.800 años. A partir de ese momento ya no habría más distinciones legales entre un romano con un árbol genealógico centenario a orillas del Tíber con un individuo de la Galia cuyo tatarabuelo había luchado en los bosques contra Julio César. De repente la vida cambió para millones de personas y sus descendientes.

Un asesino con problemas de dinero
¿Por qué Caracalla promulgó este edicto? ¿Por qué revolucionó su mundo? No existe consenso entre los historiadores. Seguramente no haya una razón profunda ni una causa mesiánica ni libertadora. Fue el historiador romano Dion Casio quien habló de una causa más práctica y reflejo de una situación desesperada: los impuestos.

Tener derechos también implicaba tener obligaciones, entre ellas la del pago de impuestos. Caracalla era un déspota y un asesino. Hijo del emperador Septimio Severo, éste llegó al poder con un golpe de estado y tras una guerra civil. Su reinado fue estable, pero a cambio de imponer su voluntad con puño de hierro y, sobre todo, asegurándose de que sus soldados le serían leales.

Geta, el hermano de Caracalla.
Cuando murió Septimio Severo dejó a sus dos hijos al frente del imperio, Caracalla y Geta. El primero asesinó al segundo y mandó borrar todo rastro de su hermano en los monumentos públicos. Para estar seguro, también ordenó la matanza de unos 20.000 partidarios de Geta. Pero aún así, Caracalla tenía un problema grave de legitimidad, y él sabía que solamente podría mantenerse en el trono –y con vida- si sus soldados estaban contentos. Por eso mandó multiplicar su soldada, hasta convertir al ejército en la institución mejor pagada del imperio. Sin embargo, el fallo de esta política era que se necesitaba mucho dinero y rápido.

Según Dion Casio fue la necesidad de dinero rápido por parte del emperador asesino lo que motivó que millones de personas pudieran disfrutar de la ciudadanía. El edicto de Caracalla fue lo que articuló el Imperio Romano. A excepción de algunas zonas rurales inaccesibles y de los descendientes de los pueblos más fieros y antirromanos, los dediticios, la frontera del imperio marcaba también la línea entre los ciudadanos del mundo civilizado regido por la ley y los bárbaros salvajes.

El edicto de Caracalla hizo posible que los habitantes del imperio se sintieran identificados con la idea de Roma frente a los salvajes del exterior, e incluso que los bárbaros de fuera comenzaran a percibir el imperio como una tierra próspera y muy atractiva donde asentarse. El Imperio Romano ya era un estado más compacto, con una idea que sobreviviría por muchos siglos la caída de Roma y que hoy significa el origen de la idea de Europa.

Caracalla cambió su mundo, pero le sirvió de poco. Sus soldados se volvieron demasiado ambiciosos y querían más. Cinco años después del edicto fue asesinado por uno de sus oficiales y su trono usurpado, como hiciera su padre 25 años antes.     

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