Escritura cuneiforme. |
La historia comenzó con la escritura. Para que la posteridad sepa qué es lo que pasó es necesario que las vivencias y los acontecimientos estén documentados. La historiografía necesita pruebas, y los documentos escritos son las más valiosas –junto a los restos arqueológicos. Sin embargo, ¿cuándo comenzó el ser humano a escribir?
Parece una ironía que precisamente la falta de datos sea lo que caracterice el comienzo de la escritura, que, siguiendo las teorías convencionales, se data más o menos alrededor del año 3.300 a.C. en Mesopotamia, en concreto en la ciudad sumeria de Uruk. Esa escritura era la cuneiforme, aunque ya existieron otros ejemplos previos muy rudimentarios. Pequeños garabatos arañados en tablillas de barro, al principio servían para llevar la contabilidad del comercio de las ciudades como Ur, Uruk o Lagash, los primeros asentamientos urbanos en la antigua Sumeria.
Zona de la antigua Sumeria. |
Esta escritura con el tiempo fue adquiriendo otros usos, sobre todo religiosos, y cuando los reyes empezaron a acumular poder sirvió para contar sus hazañas e inmortalizar sus leyes. El cuneiforme fue la escritura de Mesopotamia y de su cultura, y fue adoptado por pueblos tan sofisticados como los babilonios y los asirios, que construyeron poderosos imperios. Al final, el cuneiforme se acabó limitando a la escritura religiosa y con el tiempo fue muriendo. La última tablilla en esa escritura que se ha encontrado hasta el momento data del siglo I d.C, más de 3.000 años después de su creación.
Sin embargo, la lejanía en el tiempo –más de 5.000 años- impiden hablar con absoluta propiedad sobre este periodo y, sobre todo, sobre fechas exactas. ¿Cuándo nació la escritura cuneiforme? No se sabe, ya que ninguna tablilla antigua cuenta hechos o acontecimientos que los contemporáneos podamos situar en el tiempo para poder datarlo.
La 'Tablilla de Venus'. |
La primera tablilla que habla de uno de esos hechos se remonta a los años 1646 a 1626 a.C, más o menos el reinado del rey babilonio Ammi-Saduqa. Esta tablilla –que está expuesta en el Museo Británico- cuenta la extraña ocultación del planeta Venus bajo el décimo rey de la I. Dinastía de Babilonia. Este fenómeno astronómico ocurre cada 1460 años, por lo que sus descubridores, ya en el siglo XIX, pensaron que contaban con la herramienta perfecta para poder datar el pasado. Y para hacerlo utilizaron como referencia el reinado de Hammurabi, el rey de Babilonia conocido por su código de leyes y anterior a Ammi-Saduqa.
Sin embargo pronto surgieron los problemas, ya que las fechas de la ocultación de Venus tampoco cuentan con un consenso claro entre los astrónomos. Así, existen hasta tres teorías sobre la fecha del ocultamiento de Venus a lo largo de la historia. Por lo tanto, existen tres formas diferentes de datar los acontecimientos del pasado remoto, entre ellos el reinado de Hammurabi. Según la primera versión, este rey reinó entre los años 1848 y 1806 a.C.; la segunda le resta 56 años a estas fechas y la tercera teoría hasta 120 años. Por lo tanto, hay expertos que dicen que Hammurabi reinó en fechas diferentes separadas por hasta 120 años, los mismos que nos separan a nosotros de, por ejemplo, la Guerra de Cuba a finales del S. XIX.
Resulta pues imposible fechar con exactitud los reinados de los primeros reyes babilónicos que ya utilizaban la escritura en toda su plenitud. Por lo tanto es un trabajo imposible saber exactamente cuándo se comenzó a escribir. Lo único que parece claro es que el origen está en Mesopotamia, aunque cualquier día cualquier descubrimiento en otro lugar del mundo podría cambiar esta ‘certeza’. ¿Cuándo y dónde surgió la escritura?, y por lo tanto, ¿cuándo comenzó la historia? Los historiadores dirían que se trata de "una cuestión abierta".
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