Yang Huanyi |
Cuando Yang Huanyi cerró sus ojos para siempre se llevó con ella un lenguaje de más de 1.700 años de antigüedad. Las mujeres de Hunan, en el interior de China, llevaban transmitiéndolo de generación en generación para escapar de la tiranía de sus padres y maridos que las encerraban en sus casas y no querían que aprendieran a leer y a escribir. Querían que sus mujeres e hijas fueran analfabetas e ignorantes para poder dominarlas a su antojo. Pero ellas no se resignaron a ser tratadas como animales.
Las mujeres de Hunan, en su mayoría campesinas pobres, querían ser libres. Si no lo podían ser abiertamente, al menos lo serían en la intimidad. Para conseguirlo necesitaban comunicarse entre ellas y que los hombres no lo supieran ni entendieran lo que se decían. Por ello crearon el Nushu, que significa “lenguaje de mujeres”.
Ejemplo de Nushu sobre tela |
El Nushu no se hablaba, solamente se escribía. Tenía más de 2.000 caracteres que se solían escribir sobre soportes clandestinos y fáciles de esconder, como abanicos o trozos de tela. Sobre ellos escribían mensajes como "Los hombres se atreven a salir de casa para enfrentarse al mundo exterior, pero las mujeres no son menos valientes al crear un lenguaje que ellos no pueden entender".
Esta escritura no solo servía como vía de comunicación clandestina entre las mujeres. Además de ser una denuncia de la vida cotidiana marcada por el autoritarismo masculino, también era una forma de escapar por unos instantes de la realidad a través de poemas e historias. Pero servía sobre todo de vía de enseñanza para las nuevas generaciones, como las “cartas de los tres días” destinadas a las jóvenes que se casaban y que abandonaban sus hogares paternos, en muchos casos para marchar a otras aldeas lejos de sus familias. Debían abrirse en secreto a los tres días de la boda y en ellas las madres enseñaban a sus hijas a cómo ser libres, al menos de mente y alma, en sus vidas condenadas de antemano al encierro y a la humillación.
Escritura sobre abanico |
Para tener éxito este lenguaje tenía que mantenerse en absoluto secreto, y lo estuvo hasta 1983. Las mujeres lo consiguieron ocultar durante centenares de generaciones gracias a un admirable sentimiento de solidaridad y conciencia, y gracias a la costumbre de quemar los escritos en los funerales de sus autoras, lo que borraba todas las huellas pero al precio de que actualmente apenas quedan testimonios del Nushu.
La lengua secreta ya no se hizo necesario tras la revolución comunista en 1949 que trajo la alfabetización de las campesinas. En septiembre de 2004 murió Yang Huanyi, y el Nushu se fue con ella. Supuso el fin de un símbolo de la liberación de las mujeres, cuyo esfuerzo y valentía se homenajea hoy, Día de la Mujer Trabajadora. ¡Enhorabuena!
Sin duda uno de los mayores ejemplos de complicidad entre mujeres. Esta historia merece una película.
ResponderEliminarYo pensaba en una novela!! Apasionante historia! Me ha recordado a mi adolescencia, cuando me inventé un lenguaje escrito -que aún sé escribir- para que nadie entendiera mi diario!
ResponderEliminarPrácticamente todo en esta historia resulta sorprendente. El nivel de organización y de conciencia de las mujeres y ¡que hayan sido capaces de mantenerlo vivo y en secreto durante 1.700 años! Sin duda un gran ejemplo de cómo superar momentos adversos y situaciones duras gracias a la solidaridad.
ResponderEliminarIconos, te reto a escribir una entrada en tu idioma secreto. ¿Entenderíamos algo?
Saludos
Amigo, bastante complicado es entendernos en este lenguaje común como para ponernos a hacer requiebros...
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