SIGLO XXI: 25 GOLPES DE ESTADO EN LA ERA DE LA DEMOCRACIA

Hoy hace 30 años que el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero Molina, entró en el Congreso de los Diputados para poner fin al incipiente sistema parlamentario español. Su imagen, con bigote, vestido con uniforme, tricornio y blandiendo una pistola, respondía a todos los clichés de un golpe de estado.

El golpe de Tejero (hubo otros muchos militares implicados y convenientemente eclipsados por el guardia civil) evidentemente fracasó. Creemos que será la última vez que ocurrirá en este país, al menos por el momento, porque esa imagen ya parece lejana, de otra época, más propia de los libros de historia y del mundo en blanco y negro de nuestros abuelos y de la juventud de nuestros padres. Es una imagen del siglo XX.

Lo que ignoramos es que el moderno y avanzado siglo XXI, con sus nuevas tecnologías y con su democracia incuestionada e incuestionable ha sufrido, proporcionalmente, muchos más golpes de estado en sus once años de existencia que la centuria pasada. En concreto, el siglo XX sufrió 90 golpes (cinco de ellos en España) y en el XXI llevamos 25, una media de dos golpes y medio al año. Eso sí, todos en el llamado ‘tercer mundo’.

Golpe de estado en Chile, 1973

Golpe de Estado podría definirse como “la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad” (wikipedia). En este sentido, el siglo XX ha dejado muchos ejemplos de estas tomas de poder que han provocado guerras y golpes crueles con consecuencias nefastas para la democracia.

Ahí están los casos de Chile en 1973, de Argentina en 1976, de Grecia en 1967 (mandado por militares derechistas en nombre del rey Constantino II, hermano de la reina Sofía) o el de los militares españoles el 18 de julio de 1936 contra la República. Aunque también se vivieron otros con una intención bien diferente -como la rebelión de los soldados portugueses en abril de 1974 contra la eterna dictadura- la tendencia de los militares de querer controlar el destino de sus conciudadanos generalmente ha provocado opresión, guerra y muerte, sobre todo en el ‘tercer mundo’ donde han sucedido la mayoría de los golpes de estado en el último tercio del pasado siglo.

Golpe de estado en Honduras, 2009

Con la llegada del siglo XXI esta tendencia desgraciadamente no ha sufrido cambios. El continente en el que se han producido más golpes es África, con 13 casos, le sigue Asia con siete y por último América Latina con cinco. Si empezamos a contabilizar la nueva centuria a partir del año 2001, la lista comienza un año más tarde en Venezuela, con la intentona fallida contra Hugo Chávez, y, por el momento, se cierra en septiembre de 2010 con otra intentona fallida, curiosamente contra el aliado de Chávez, el presidente de Ecuador Rafael Correa.    

Es decir, el uso de la fuerza sigue siendo una forma muy atractiva para imponer la voluntad de una minoría a las mayorías a los largo y ancho del planeta, eso sí, siempre que sea en países pobres. En el ‘primer mundo’ parece que ya no corremos ese riesgo. Los últimos militares europeos que salieron de sus cuarteles con intención de imponer su poder fueron los soviéticos en agosto de 1991, hace casi 20 años, y fallaron. Por su parte, a España le corresponde el ‘honor’ de ser el último país de Europa occidental de sufrir una intentona golpista. Fue el 23 de febrero de 1981. 

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