30/1/13

EL TET, UNA DERROTA QUE GANÓ UNA GUERRA

Ejecución en plena calle, un icono de la guerra de Vietnam.

En la noche del 30 al 31 de enero de 1968 comenzó una ofensiva que cambió completamente el destino de la guerra en Vietnam. Esa noche, el Vietcong y los soldados de Vietnam del Norte atacaron a los estadounidenses y a sus aliados en toda la geografía de Vietnam del Sur. La guerra, que hasta ese momento parecía ganada para los EEUU, sufrió un giro de 180 grados. Aunque acabarían liquidando a la mayoría de los atacantes, el prestigio y la credibilidad de los todopoderosos Estados Unidos fueron destruidos. Acabarían humillados y retirándose. Fue una derrota militar que acabó ganando una guerra.

Hace 45 años los enemigos comunistas de los EEUU en Vietnam osaron lanzarse a la ofensiva en todo el sur del país. Parecía imposible tan sólo un día antes. Decían que el Vietcong estaba muerto, derrotado, pero de un día a otro asaltó decenas de capitales de provincia, centenares de campamentos militares e incluso osó conquistar la ciudad imperial de Hue –de la que tuvo que ser desalojado tras un durísimo combate casa por casa- y entrar en el santo sanctorum de los EEUU en Vietnam: su embajada. 


El Vietcong ataca
Los cuerpos acribillados de un grupo de guerrilleros en el jardín de la embajada y la ejecución de uno de ellos delante de las cámaras –en una imagen que sería mundialmente conocida-, dieron la puntilla a la opinión pública favorable sobre el futuro de la guerra. ¿Cómo era posible que estos guerrilleros aparentemente salvajes y derrotados pudieran lanzar una ofensiva tan osada en pleno corazón del poder de los EEUU? ¿No estaban ganando los EEUU? ¿Estaban los militares engañando a sus conciudadanos?


Demasiada autoconfianza

El ejército de los EEUU decía que iba ganando la guerra en Vietnam. Había conseguido estabilizar al régimen aliado de Vietnam del Sur y decía que estaba aniquilando a sus enemigos comunistas de la guerrilla del Vietcong. Los militares norteamericanos no solamente decían eso para justificarse entre una población civil estadounidense cada vez más escéptica con el sentido y los objetivos de la guerra. Los generales lo creían sinceramente.


Los americanos se defienden.
Tenían razones para su optimismo. Comparaban la situación de principios de 1968 con la de tan sólo cuatro años antes, cuando los EEUU escenificaron en el Golfo de Tonkín un incidente con Vietnam del Norte para justificar su intervención directa e impedir la caída de Saigón. Y es que en 1964 el régimen del Sur estaba a punto de derrumbarse. El Vietcong era dueño y señor de amplias zonas del campo y el gobierno prácticamente se había retirado a las ciudades. Ya con el presidente Kennedy los EEUU comenzaron a ayudar con armas e instructores, pero el ejército del sur era tan ineficaz que no supo usar esa ventaja contra sus enemigos, generalmente campesinos pobres e ignorantes, pero valientes y motivados.


Los norteamericanos fueron implicándose cada vez más en Vietnam hasta que fueron ellos los que asumieron las operaciones antiguerrilla. Es decir, la lucha en la jungla contra un enemigo escurridizo y muchas veces invisible. Pero surtió efecto. El Vietcong se tuvo que ir retirando y Vietnam del Sur parecía salvado.


Un coste inasumible

Esta estrategia tenía un coste de 500.000 soldados norteamericanos en el país, unos 4.000 soldados muertos al año (lo mismo que durante toda la guerra y ocupación de Irak entre 2003 y 2011) y millones de dólares diarios gastados en obuses. Tanto dinero que el presidente Johnson tuvo que prescindir de realizar su política de la Great Society, el plan de un embrión de Estado social en los EEUU.


Johnson, al igual que la mayoría del pueblo de EEUU, creía al principio en los militares. Pero el golpe de la ofensiva del Tet le enseñó que la guerra –y su coste- seguirían indeterminadamente. Johnson fue la primera víctima –política- del Tet. Ya no se presentaría a la reelección en noviembre de ese año. Su comandante en jefe en Vietnam, el general Westmoreland, pasó de decir que ganaba la guerra a ser “ascendido” a un despacho.


Por otro lado, la ofensiva fue una derrota militar en toda regla para la guerrilla comunista. De hecho el Vietcong acabó barrido del mapa una vez que el ejército de EEUU restableció la situación en marzo de 1968. A partir de entonces sería el ejército de Vietnam del Norte el que haría las ofensivas. Dicen que uno de los objetivos deseados por el alto mando de Vietnam del Norte era desembarazarse de esos guerrilleros que podían ser un obstáculo para sus planes de unificar Vietnam bajo su control. El Vietcong, al fin y al cabo, era autóctono del sur. Eran hermanos, pero no lo mismo.  


El Tet había cambiado la guerra de Vietnam completamente. Llegarían nuevos presidentes como Nixon y nuevos generales, todos con la promesa de ganar la guerra con el menor coste posible para los EEUU. Al final no sirvió de nada y en 1975 Vietnam del Sur fue conquistado y anexionado por el norte.

Vídeo de la ofensiva del Tet:


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