9/2/11

LA EXCUSA VINO DE ESPAÑA

Leopoldo von Hohenzollern
Alemania está de moda. Todo el mundo quiere irse a trabajar allí, y no pasa un día en que no se alabe algo de ese país en los medios de comunicación españoles. Sin embargo, lo que no se suele recordar es que Alemania existe por una guerra que se declaró por algo que ocurrió aquí hace 140 años.

En 1868 los liberales españoles, hartos de la mediocridad y la corrupción del Gobierno de Isabel II, echaron a los Borbones con la esperanza de que fuera para siempre. Los coetáneos llamaron a esta revolución ‘La Gloriosa’, aunque la gloria duró poco. Los revolucionarios nada tenían claro sobre el futuro político del país. ¿España sería una república o una monarquía? Y en el segundo caso, ¿quién sería el rey?

Finalmente los liberales revolucionarios –burgueses al fin y al cabo- optaron por nombrar a un nuevo monarca que, por supuesto, no podía ser Borbón. Empezó así un verdadero ‘casting’ de príncipes europeos para decidir quién era el más apto para reinar a los españoles y respetar su nueva Constitución, que para eso se había expulsado a Isabel II. Pero eso resultaba difícil. Dicen que el general Serrano exclamó: “¡Encontrar a un rey democrático en Europa es tan difícil como encontrar un ateo en el cielo!”.

Otto von Bismarck
Se barajaron decenas de nombres, pero sería uno de ellos el que encendería la chispa: Leopoldo Estéfano Carlos Antonio Gustavo Eduardo Tásilo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este príncipe era alemán y pariente de los reyes de Prusia. Era uno de esos príncipes sin trono que pretendía ser rey algún día, por lo que se tomó en serio la oferta de España donde le conocían por ‘Leopoldo Olé-Olé si me eligen’ por lo complicado de la pronunciación de su nombre.

Sin embargo había un problema. Los prusianos, dirigidos por el canciller Otto von Bismarck, estaban en fase de unificar los diferentes territorios alemanes en un solo estado, lo que crearía un país muy poderoso. Por su parte, los franceses, gobernados por Napoleón III –sobrino del Napoleón que conquistó Europa- querían evitar que eso sucediera, ya que Francia era en ese momento el país más fuerte y no quería dejar de serlo. La solución no podría ser otra que la guerra.

Napoleón III.
Cuando los franceses supieron de la oferta al príncipe alemán trataron de evitarlo por todos los medios, ya que no querían estar rodeados por dos países gobernados por la misma dinastía. Empezó así un tira y afloja que desembocó en la guerra que todos estaban buscando. Venció Prusia y perdió Francia. Prusia se convirtió en el Imperio Alemán, que se proclamó como tal el 18 de enero de 1871 en el palacio de Versailles. Europa había cambiado para siempre.

Mientras tanto, en España ya nadie se acordaba de Leopoldo. El rey sería un italiano, Amadeo de Saboya. Leopoldo había renunciado al trono español antes de que estallara el conflicto, pero a nadie le interesó ya que había sido una excusa perfecta para provocar la guerra.








2 comentarios:

  1. Muy bueno este artículo, no recordaba que la excusa para que Prusia declarase la guerra a Francia viniese por la oferta española (si no hubiese sido esa oferta, hubiese sido otra cosa, supongo que Alemania hubiese existido igualmente).

    Seguírle leyéndote, Francisco.

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  2. Muchas gracias Francisco. Es cierto que Alemania seguramente se hubiera unificado de todas formas, pero no deja de ser curioso que España haya jugado un papel en ello, aunque sea como excusa.

    Un saludo

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