14/4/11

14 de Abril: Un día de ilusión y de esperanza

Fue en la fría madrugada del 14 de abril de 1931 en la ciudad guipuzcoana de Eibar. Un grupo de concejales recién elegidos, la mayoría socialistas y republicanos y uno del PNV, iban a dar un paso arriesgado. Tenían miedo. No estaba claro que fuera a salir bien. Lo que iban a hacer le había costado la cárcel a muchos otros e incluso la muerte, como a los capitanes Fermín Galán y García Hernández sublevados en Jaca unos meses antes. 

Eran las seis y media de la mañana. La nueva corporación municipal, elegida el día anterior en las elecciones municipales, apareció en la Casa Consistorial. Fueron a tomar posesión de sus cargos y a hizar una bandera desde el balcón. Todo el pueblo estaba reunido en la plaza. Visiblemente nervioso, el concejal más joven, Mateo Careaga, agarró una bandera diferente a las que habían ondeado hasta el momento del ayuntamiento. Un color la hacía distinta. Enganchó el trozo de tela a la cuerda y la fue subiendo hasta que, tenuemente iluminada por el sol naciente, se distinguía claramente su composición: rojo, amarillo y morado. Gritó, “¡viva la República!” y el grupo de personas congregado en la plaza le devolvió un sonoro y contundente “¡viva!”. Había nacido la Segunda República Española.
Bandera republicana en el Ayuntamiento de Eibar.

Fue un acto histórico, pero los concejales de Eibar habían arriesgado mucho. El rey, Alfonso XIII, seguía en su palacio y las estructuras del antiguo régimen parecían igual de sólidas que el día anterior. Los ediles podían ser detenidos por la Guardia Civil y condenados por sedición. Pero eso era a las seis y media de la madrugada. 24 horas después el rey habría huido del país y un Gobierno provisional se habría hecho cargo del país. ¿Qué había pasado?

El día anterior se habían producido unas elecciones a los cargos municipales en toda España que se habían convertido indirectamente en un referéndum sobre la gestión del gobierno monárquico. Éste estaba totalmente desacreditado, al menos entre las clases populares y media, porque había sumido al país en el caos de la miseria y de la corrupción. Especialmente odiada fue la dictadura de Primo de Rivera, apoyada y alentada por el rey en 1923 y que duró hasta enero de 1930.

Los resultados de las elecciones municipales, aunque nunca se terminó el escrutinio, daban un resultado muy favorable a los monárquicos en el campo. Pero en las ciudades las opciones republicanas triplicaban (en Madrid) o cuadruplicaban (en Barcelona) a los partidarios del rey. Alfonso XIII interpretó este resultado como una señal de que estaba acabado. Su Gobierno presentó la dimisión y nadie del entorno monárquico quiso hacerse cargo del mismo. Era como si todos los antiguos amigos del rey hubiesen olido su final y ahora trataran de alejarse de él. Cuando supo que el general Sanjurjo, jefe de la Guardia Civil, tampoco se decidía por salvar su trono, Alfonso XIII huyó.
Proclamación de la República en la Puerta del Sol de Madrid.

En tan solo unas horas se había producido un vacío de poder inmenso. El país no tenía Gobierno y los que antes habían tenido el poder observaban impertérritos los acontecimientos. Solamente quedaba la opción republicana. Los que hasta unas horas antes habían estado al margen de la ley se convirtieron en los miembros del Gobierno provisional de la República Española. Las banderas tricolores empezaron a surgir por todas partes y la emoción y la alegría de las masas de gente se desbordó en todo el país.    

Eso ocurrió por la tarde, diez horas después de que en Eibar un grupo de valientes concejales derribara la primera ficha de dominó del antiguo régimen monárquico corrupto y podrido que se acabó derrumbando como un castillo de naipes. 
  

1 comentario:

  1. Me cuentan por canales internos que hoy la fiesta en Eibar ha sido inmensa. Celebración por todo lo alto... Como debe ser. ¡Salud y República!

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